martes, 15 de diciembre de 2009

Elegancia



Cuando uno piensa que ya es a cosa pasada, que ahora es, como debía, como debería, como quería ser... felíz, es cuando alguien le mete el dedo en el ojo. Sí, el ojo, la vista, la visión, el "encuentro" en una coincidencia [o no?] indeseada [o si?] e inesperada [o también si?] que hace recordar cosas inrecordables, momentos en que su turno fue feliz guardado bajo la gran herida y que se esfuma al abrir. Prefería haber quedado ciego por un momento que ver tal felicidad. Puesto que la felicidad no contagia tanto como dice algunos, más bien muerde, por lo meno la suya. Al ver, al reconocer y decir "Sí, es demasiada, nadie es ajustable a su medida, habrá que seguir buscando".
¿seguir buscando?.. Pero ... ¿es posible?, ¿sustituible?, ¿reemplazable?...
Sí's, Mr. time puede mover los inmovibles para nosotros. dejar que Mr. time haga su trabajo...
-Vió pero no la vió - ¿Better? Could it be....

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